ENVEJECER: MI MAYOR AVENTURA.

 



¡Oh! ¡Qué sorpresa! Encontré esta carta, olvidada entre mis viejos papeles dirigida a destinatarias desconocidas! Entre risueña y emocionada me sumerjo entre sus líneas.

Su tema fue sin duda una de mis tantas fantasías para tener voz y presencia como persona mayor  y además fué por casualidad cuna de mi libro La vida a los 80 años: un preludio  escrito  nueve años antes. Dice así:

 Tierra Linda, Abril 2012

Queridísimas Mujeres Sabias:

Soy también una mujer  y de setenta y siete  años, dos veces siete, número magnífico. 

Me dirijo a ustedes motivada por un proyecto que nació en medio de mis inquietudes sobre la etapa del ciclo vital que estoy viviendo y ante  la escasez de literatura específica  en relación a las mujeres que estamos “tocando” los ochenta años, activas,  con relativa salud física y mental, y en su mayoría  pertenecientes al círculo de adultos mayores que ya están fuera de la área productiva de la nación. Busco una manera de aclararme yo misma y apoyar a mis pares a tener presencia y sentido  en este siglo  tecnologizado, competitivo, acelerado, erotizado, agresivo en que nos toca vivir. Siglo que impone cambios desde luego y a todos. No sólo a los más viejos.

Por esto mismo me interesa, quiero y creo que puedo continuar realizando  otro tipo de  actividad que  ayude, concretamente a las mujeres que circulan  por mi edad, aportando un granito de arena con nuestra experiencia, para conocer y comprender, tener presencia y sentido. Información cada vez más necesaria ante la  masiva prolongación de la vida. Creo que implica vivir va más allá de sólo aceptar y adaptarse a las nuevas circunstancias, las que a cada uno le toque,  más allá de  sólo disfrutar de nuestro tiempo libre. Va en busca de un sentido superior.

Como ustedes saben mejor que yo el aumento de las expectativas de vida y de la población mayor en el planeta es una realidad hace ya bastante tiempo y como ustedes también saben, nosotros los adultos mayores tenemos la gran labor de adaptarnos a las grandes transformaciones que implica  envejecer especialmente a medida que nos acercamos al umbral de los ochenta como es mi caso y el de muchas otras que conozco, en la medida que el ritmo del envejecimiento nos va llevando fuera del área del quehacer físico, social, fuera del protagonismo habitual.

Y  además en una sociedad, especialmente como la mía, la chilena, que recién se está preparando para recibirnos, ¡ y eso que arribamos hace bastante tiempo! 

Creo que los viejos y viejas que estamos en condiciones de hacer, pensar y sentir con cierta lucidez deberíamos asumir la responsabilidad de continuar buscando los nuevos “códigos existenciales” que nos ayuden  no solo a mejorar la calidad de vida del anciano sino también  a vivir con sentido y dignidad, a tomar conciencia de su valor y del valor de esta etapa más tardía y descubrir un mundo nuevo en la prolongación de la existencia.

Cada vez más, un gran número de adultos mayores llegan “bien”,  bastante autónomos y lúcidos a los ochenta años. Yo espero ser uno de ellos.

Es emocionalmente tierno contemplar a mis años las estrategias que usamos,  a toda edad,  para no claudicar, para defendernos del sufrimiento y,  actualmente como viejos, tratar de lograr bienestar y satisfacción para vivir esta última etapa. Siempre podemos superarnos.

Las costumbre cambian,  el “progreso”,  las modas, las tecnologías marcan ahora  los modos de vivir, de ser, de relacionarse. Les estaría muy agradecida si se dignaran responder a esta misiva.

Les envío el link de mi blog para que me conozcan un poco y comprendan mis inquietudes.

Después de terminar mi auto foto biografía y publicarla en dicho blog, me gusta mucho escribir, es una de mis aficiones, retomé  la lectura sobre los adultos mayores y el envejecimiento. 

Esta relectura me ha causado varias reacciones y algunas consideraciones sobre los viejos no me parecen pertinentes, discrepo sobre varisos aspectos y creo sería bueno dar conocer mis puntos de vista basados en  mi experiencia de llevar diecisiete años caminando por la “edad dorada.

Si bien es cierto  la calidad de este presente depende de la calidad de las etapas previas, ser mayor a los sesenta y tantos, o a los setenta y pico no es lo mismo que tocar  los ochenta aunque tengas buena salud física y mental y sigas produciendo. Asoman otros hitos, hay otros horizontes ad portas, otras circunstancias externas imprevistas aparecen,  otras percepciones, otros hallazgos… Sobre todo ese caudal  me gustaría, deseo, necesito conversar, compartir y dar a conocer.

Por eso me dirijo a ustedes no sólo en busca de vuestra experiencia y conocimiento, ideas, sugerencias,  sino de vuestra capacidad de mirar más allá de vuestro propio tiempo, un paso más adelante. Mujer es sinónimo de solidaridad.

Mi proyecto incluye algunos temas para desarrollar y que yo veo van adquiriendo importancia con el correr del tiempo.

Quedo a sus gratisimas órdenes.

                                                                                                                     MARDATT


Nueve años después de esta carta escrita en el 2021, ya con 86 años cumplidos  publiqué mi diario de vida en Amazon y con él ingresé al mundo digital y a las redes sociales. 

Y  he aquí mi último video publicado en youtube en octubre del 2021 hablando sobre el envejecimiento.    

Sin duda mi mayor aventura ha siso envejecer.        







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