¡Y YA SE VA ENERO!
¡Es pleno verano y ya se va enero!
¡Retrato de la delicadeza!
Y la llaman maleza.
Hoy ya envié varios whatsapp saludando a los familiares enfermos con Covid, me puse en contacto con mi futura acompañante espiritual, continúo revisando mis cuentas, me contacté con el doctor Brizzolara para un cambio de medicamento y escuché por youtube una conferencia de Alex Rovira a quién no conocía.
Y ahora estoy en eso, conociendo sus libros y a él.
Y ¡oh maravilla! en Las siete llaves encontré la descripción de mi momento cumbre que denominé Paseando por Apoquindo en mi libro La vida a los ochenta años.
Palabras sueltas que rescato de su libro y reflejan mi experiencia:
"La libertad vital es un camino vivo, que como canta Machado, se hace paso a paso, con humildad y voluntad de conciencia te vas deshaciendo de los inhibidores de tu potencial individual".
Me gustó este pensamiento: “el destino es la propia esencia”. La meta es tu propia esencia. Llegar a la plenitud.
Mi libertad vital es mi viaje y también el itinerario es absolutamente mío. Como lo es la vejez. Cada envejecer es un camino único y personal.
Soy ¿al fin? dueña de mi propia vida sin miedos, de mi autonomía, de mi espontaneidad, de mi conciencia y mi intimidad.
Se aprende a vivir la experiencia diaria de libertad vital, propia y compartida, a pesar de vivencias que lleva una vida dejar atrás.
Y a dejar poco a poco de lado nuestra herencia de creencias y condicionamientos que no coinciden con la realidad de lo que soy y deseo. Dejar de negarme a mi misma.
Esto es clave: “El secreto no es ser libre, el secreto es dejar de ser esclavo”. Alex Rovira.
Sí, me gustó. Da en el clavo.
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